En
gustos se rompen géneros. Pero cuando de nombres y etiquetas se trata, el mal
gusto puede romper tu vida en el mercado.
Saber
escoger bien el diseño y el nombre para los vinos es una importante labor de
marketing que distinguirá lo que somos de la competencia. Para hacerlo es
importante establecer de que habla nuestro vino y que queremos destacar acerca
de el.
El
diseño y el nombre de una botella siempre deben de ir de la mano de una
estrategia bien fundamentada de marketing. Es decir, evidenciar la manera como
nos diferenciamos de los demás. Esto es lo que nos dará valor frente a la
competencia y puede darse de tres maneras: excelencia operacional –precio-,
producto líder –innovador- e intimidad con el consumidor –cercanía y
personalidad-. No se pueden
escoger las tres, solamente se puede escoger una o no podremos formar una
estrategia de marketing correcta.
El
Nombre
Escoger
un nombre no es una tarea sencilla, no se debe de tomar a la ligera. Algunas marcas para escoger un nombre
optan por:
·
Utilizar el nombre del creador. –Kim Crawford-
·
Describen lo que hacen. –Le Vin de Merde- No, no es una broma.
·
Describen una experiencia o una imagen. –Demencia-
·
Sacan una palabra de contexto. –Pétalos-
·
Inventan una palabra nueva. –Tombú-
Un buen
nombre puede darte una posición privilegiada o innovadora. Lo más importante es
que puede diferenciarte rápidamente del resto de los demás. Sin embargo elegir
un nombre incorrecto neutraliza tu presencia entre la competencia y limita tus
posibilidades en el mercado.
Cada
producto lleva un nombre que lo identifica, lo mismo pasa con los vinos, el
nombre que escojamos debe de hablar de algo que queremos distinguir sobre sus
cualidades. Es necesario que el nombre que elijamos suene bien al decirlo y que
sea un nombre fácil de escribir.
La
etiqueta
Al
igual que el nombre, el diseño de la etiqueta habla del contenido de la
botella, nos habla de la calidad del vino que vamos a comprar y es la manera
por la cual una botella puede destacar de entre las demás. Debemos considerar
el dibujo y la tipografía, así como alguna textura que queramos añadir y que
sea llamativa al tacto. Debemos
intentar maximizar la actividad sensorial que tendrá nuestro consumidor, es
decir, que quede enteramente satisfecho al verlo, al probarlo, y al tocarlo.
Además
de los requerimientos legales que deben agregarse al etiquetado, es importante
incluir información que le multiplique valor o que nos acerque más a nuestros
consumidores. Ejemplo: Destacar
notas de cata en el reverso, incluir iconos de Facebook y Twitter para que
nuestros consumidores nos encuentren, incluir un código Bidi a la página del
vino.
Si la
persona que va a hacer nuestro diseño no trabaja en nuestra empresa, por favor
no se dejen llevar solo por lo bonito o lo innovador. Se trata de vino, muchas
cosas ya han sido probadas y en lugar de darle más valor a nuestro producto
corremos el riesgo de eliminárselo por completo. Por ejemplo: utilizar una
escala de colores para etiquetar toda nuestra línea de vinos. ERROR. A menos
que nuestra estrategia sea competir por precio, ya que no me esta dando
información sobre el contenido de la botella, solamente me está dando una gama
de colores de la cual azarosamente escogeré una, y probablemente escogeré otro
antes que ese vino a menos de que sea una recomendación de alguien.
Hay que
recordar que no estamos vendiendo ipods vacíos de colores en los que el
consumidor pondrá sus canciones favoritas, estamos vendiendo un producto que ya
tiene un contenido y debemos de hablar de ese contenido.
Ilustrativo
de lo que no hay que hacer, porque no es lo mismo. DON’T APPLE-IZE YOUR WINE o
lo que es lo mismo: No apple-fiques tu vino, por llamarle de una manera ya que
si pusiéramos una foto de converse de colores sería lo mismo.
Otro “bonito”
diseño que utiliza gamas de colores pero que al verlo, yo al menos no lo
entiendo. Este incluye figuritas de animales. Se supone que la estrategia es
que: el contenido de esa botella se lleva con ese tipo de carne….. Cuando a mi
más bien me da la impresión de que si me lo bebo me va a saber a cerdito o a
caldo de pollo.
Botellas
de vino que si hablan de su contenido y nos cuentan historias. Llamativas, elegantes y creativas.